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¿Realmente vale la pena estudiar música en Colombia?

La industria musical global está en constante crecimiento con las nuevas tecnologías y el acceso de productos culturales es cada vez más fácil hasta usted mismo puede adquirir una guitarra por medio de esta página al igual este acceso puedes llegar a Casi más de 10 personas según un informe hecho en el 2015 de la alcaldía de Bogotá ya las plataformas digitales a un aumentador y el gasto que hace la gente en la música es un total de 49.1 billones de pesos en este 2017 se espera que aumente a 53.9 billones de pesos

Actualmente están registrados dentro del ministerio educación existen 64 programas los cuales se ofrecen estudios de Educación en la música y 49 de estos soy pregrado los cuales 6 son tecnológicas o técnicas 6 de maestría un aproximado al costo de estos programas está entre 300000 Y $9000000 aunque la industria musical ha crecido en nuestro país no significa que haya crecido dentro de los músicos o los que estudian música, ya que gran parte de los músicos son empíricos

La revista bacanika por medio de un estudio

A un músico compositor, administrador filarmónico de Medellín y docente de la Universidad EAFIT. Su pregrado comenzó en la Escuela de Antioquia, pero verdaderamente es universitario de Mannes School of Music de Nueva York. Realizó estudios en Dirección de Orquesta y una arte en Composición Musical, todo esto en Estados Unidos.

Hace veintiocho años es docente en Medellín y comenzó en la Universidad Adventista. Hoy hace parte del comarca docente de composición armonioso de la Universidad EAFIT.

¿Qué piensa del hecho de estudiar musica en Colombia?

Vale la pena estudiar  junto y en cualquier parte del mundo. Creo que hay que ir atrás de todo lo que se haga a inclinación de la pasión, el deseo y el impulso que se tiene tanto artista. El hecho de que ahora en Colombia, en Medellín, existan lugares en adonde se pueda atarearse profesionalmente la melodía hace que el sembrado cada día sea más atractivo.

A quienes quieren estudiar tonalidad o a quienes hoy lo están haciendo, hay que decirles estudien con la mente abierta. Un intérprete en formación no puede sesgarse, no puede dejar de lado una corriente u otra por preferencia. La institución es el momento para escuchar de todo, para estudiar de todo: armonía clásica, tonalidad popular, electrónica y sobre todo tonalidad castizo. La música es un solo idioma, tienen que indagar las diferentes variaciones de este jerga.

Lo que sí tienen que saber es que la agrupación no les va a dar todo. Las universidades nunca te resuelven la vida. Uno tiene que absorber lo que le interesa y luego emprender a encajar.

No hay problema en aplicar el estudio de la melodía a lo que a cada uno le apasione: clásica, antigua, contemporánea, popular y seguir con lo que sienta y realmente ame. Las escuelas de armonía son el primer andamiaje de muchas posibilidades, todo empieza en la sociedad.

Ahora, hay que darse cuenta de que en este momento hay un incremento grande de la industria armonioso. Derredor de la armonía se generan muchas dinámicas de gestión y de empleo.

No hay forma de que la musica se acabe: es el comestible del entrañas, mas no sea similar con la comida. El hecho de que no sea una necesidad práctica, no la hace menos importante. ¿Quién puede vivir de esto en su totalidad?

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